Pruebas

Evidencias de múltiples enfermedades en "Nochipa", un mamut colombino (Mammuthus columbi) de Santa Lucía

2025-07-17

Angel Alejandro Ramírez Velasco

CNAr-CIPAQ-INAH, Investigador por México SECIHTI

La paleontología, como muchos creen, no es un mero catálogo de los organismos del pasado representados por restos fósiles; al contrario de esa aseveración, eso es solo una parte. Los paleontólogos tratan de responder un gran número de preguntas desde cómo se formaron los fósiles, qué condiciones favorecieron su preservación diferencial, cómo el individuo interactuó con otros organismos en vida o en muerte, como movía sus extremidades, para qué le servían ciertas estructuras de gran tamaño, con quién tiene una mayor afinidad evolutiva, cómo afectó su ambiente al estar vivo y después de extinguirse, incluso sobre qué enfermedades les afectaron, al individuo, a la población e incluso a la especie. Esto último, representado por la paleopatología, una rama compartida de la arqueología y la paleontología que se dedica a estudiar las enfermedades antiguas; tema del que se hablará en esta nota.

Como parte del proyecto de salvamento arqueológico de la construcción del nuevo aeropuerto en Santa Lucía, Zumpango, Estado de México, en el área que correspondía al estacionamiento de la Comandancia del Ala de Combate del Frente # 16, dentro del Campo Militar 37-D, en la localidad nombrada M10 UE11, en agosto del 2020, fueron hallados los resto de dos mamuts, uno desarticulado y otro semiarticulado, cuya excavación estuvo a cargo de la arqueóloga Araceli Yañez Nieto (Manzanilla López, 2022).

Del esqueleto semiarticulado, se recuperaron 178 huesos, es decir, que en su mayoría los elementos del esqueleto del animal se encontraban en su posición anatómica original. La osamenta se encontró en posición boca abajo, con el extremo delantero (caja torácica, cuello y cráneo) torcido hacia la derecha y con las patas traseras enterradas en los sedimentos del antiguo fango (Manzanilla López, 2022). Debido a su importancia y su calidad de preservación buena, se decidió intervenirlo y posteriormente montarlo en la Sala Dos del Museo Paleontológico de Santa Lucía Quinametzin (MUPASAQ), el cual se inauguró el 10 de febrero del 2022. Todo el trabajo de restauración-conservación duró nueve meses y fue realizado por un equipo de trabajo coordinado por Alejandro López Jiménez, y entre los que participaron están Edgar Medina Almazán, Eduardo Reyes Rodríguez, Adriana Castillo Bejero y Omar Moreno Flores (López Jiménez, 2022).

Este ejemplar de un mamut hembra es la pieza principal del MUPASAQ, lo que motivó que en el primer trimestre del 2023 se realizara una convocatoria para darle un nombre. Así, el 18 de mayo, gracias a este concurso público, el ejemplar fue nombrado “Nochipa”, palabra náhuatl que significa eterna. En agosto del mismo año, el autor de este trabajo, invitado por la paleontóloga Felisa Aguilar, identificó la presencia de paleopatologías o enfermedades en este ejemplar; por lo que se decidió desarrollar un proyecto de investigación para iniciar su estudio formal. El proyecto denominado “Las enfermedades del mamut Nochipa y sus compañeros de sala: un estudio paleopatológico” fue presentado, revisado y aprobado por el Consejo de Paleontología del INAH (Oficio no. 401.1S.3-2024/139). Iniciando el 22 de marzo del 2024, formado por un equipo de investigación liderado por los paleontólogos Ángel A. Ramírez Velasco y Felisa Aguilar Arellano, en colaboración con el biólogo Omar Moreno, el pasante de restaurador Daniel Melgoza Gómez y la doctora veterinaria Elizabeth Morales Salinas.

Si bien algunos datos sobre la osamenta ya se tenían, como la especie de la que se trata, la edad que presentaba el individuo, así como su sexo; la primera parte del estudio fue corroborar esta información, así como identificar los parámetros utilizados para ello. De esa manera, se confirmó que se trata de un mamut colombino (Mammuthus columbi) debido a sus características anatómicas y el número de láminas en sus molares (mayor a 17 láminas en los molares inferiores). Es un ejemplar que debió tener 43 años de edad (“de elefante africano”), es decir, un adulto de mediana edad, deducido a partir del estado de desgaste de sus molares inferiores y superiores (Haynes, 2017). Además, la morfología de su pelvis indica que es una hembra (Smuts & Bezuidenhout, 1994). El animal rondaba los 3.46 metros de altura y con un probable peso de 7.4 toneladas, lo que indicaría un animal de talla grande, grado II (Larramendi, 2016).

Posteriormente, se examinaron los 178 huesos recuperados, que componían al esqueleto de Nochipa, excluyendo el cráneo debido a que sigue en su embalaje de campo y no se ha iniciado su proceso de limpieza, estabilización y restauración. Del total, se encontró que 51 huesos presentaron algún tipo de padecimiento (o lesión) que le afectaron cuando vivió el animal. El método paleopatológico se fundamenta en ubicar mediante bibliografía casos de estudio similares, para posteriormente realizar una primera descripción de la lesión según la morfología macroscópica, ubicarla dentro del esqueleto, cotejarla con la imagen médica, descartar la alteración postmortem y tras un diagnóstico diferencial, inferir un diagnóstico médico de presunción (Polo-Cerdá et al., 2010).

Estas lesiones se agruparon en cinco categorías: osteoartritis, facetas asimétricas y espinas neurales desviadas, dientes mal desarrollados, entesiopatías (enfermedades en las inserciones musculares, tendinosas y ligamentosas) y maduración ósea retardada. Esta última evidencia indica ciertos problemas metabólicos que afectaron el cierre completo de los huesos. Además, se puede deducir que presentó dolores en toda la columna, así como dolores musculares en las patas delanteras y en la pata trasera izquierda. Por otro lado, desarrolló una artritis en la pata derecha a temprana edad, la cual se le complicó, ocasionado una cojera, y mucho dolor, afección que persistió hasta sus últimos días. Adicional a todo esto, desarrolló de forma inadecuada sus últimos molares (ya que durante toda su vida desarrollaban seis cambios de muelas, éstas eran las sextas) lo que ocasionó que no pudiera alimentarse adecuadamente. Estas enfermedades, a pesar de todo, no fueron su causa de muerte, sin embargo, sí agraviaron su condición de salud. Sus últimos días los pasó dentro del antiguo lago de Xaltocan, el cual existía durante el Pleistoceno tardío en el norte de la Cuenca de México, enterrando parte de sus patas traseras en el fondo fangoso, interpretación deducida a partir de la posición del esqueleto en campo.

La historia de Nochipa no termina ahí, al parecer, después de morir, fue alimento de algunos animales como los cánidos (Haynes & Hutson, 2020), ya que presenta evidencia de mordisqueo por búsqueda del tuétano en el hueso del hombro derecho. Posteriormente perdió todo rastro de su tejido blando, se enterró por el fango por completo y fueron fosilizados sus huesos conservándolos en el proceso, hasta ser descubierto por arqueólogos y paleontólogos en la actualidad. Todos estos datos para ser validados, serán publicados en una revista científica con revisión por pares.

Finalmente, el mamut Nochipa nos proporciona una valiosa información sobre la vida diaria de estos gigantes que habitaron México hace 30,000 a 11,000 años, un pequeño esbozo de los secretos que nos aguardan al estudiar los fósiles colectados en Santa Lucía, que aún esperan a ser estudiados.

Bibliografía

Haynes, G. (2017). Finding meaning in mammoth age profiles. Quaternary International, 443, 65-78.

Haynes, G. y Hutson, J. (2020). African elephant bones modified by carnivores: implications for interpreting fossil proboscideans assemblages. Journal of Archaeological Science: Reports, 34, 102596.

Larramendi, A. (2016). Shoulder height, body mass, and shape of proboscideans. Acta Paleontological, 61, 537-574.

López Jiménez, A. (2022). Informe de actividades del equipo de restauración paleontológica del proyecto de salvamento arqueológico en el nuevo aeropuerto internacional de Santa Lucía. Anexo. En Manzanilla López, R. (Ed.), Informe Final del Proyecto de salvamento arqueológico en el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA) en Santa Lucía, Municipio de Zumpango, Estado de México (mayo 2019 a junio 2019 y octubre 2019 a mayo 2022). (Secretaría de Cultura, Dirección de Salvamento Arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia, México).

Manzanilla López, R. (2022). Informe Final del Proyecto de salvamento arqueológico en el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA) en Santa Lucía, Municipio de Zumpango, Estado de México (mayo 2019 a junio 2019 y octubre 2019 a mayo 2022). (Secretaría de Cultura, Dirección de Salvamento Arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia, México).

Polo-Cerdá, M., García Prósper, E. y Romero, A. (2010). Bioantropología y paleopatología. herramientas para la investigación histórico-arqueológica. En Pérez Fernández, A. y Soler Mayor, B. (Eds.), Restos de Vida, Restos de Muerte. La muerte en la Prehistoria. Catálogo de la Exposición (pp. 95-116). Diputació de València, España: Museu de Prehistòria de València.

Smuts, M.M.S. y Bezuidenhout, A. J. (1994). Osteology of the pelvic limb of the African elephant (Loxodonta africana). Onderstepoort Journal of Veterinary Research, 66, 51-66.