En 1990 fue denunciado al INAH que Secretaría de SEDUE del Distrito Federal estaba haciendo pozos al lado de la cimentación de la catedral (parte oriente, en el Sagrario Metropolitano) y rompieron pisos de estuco y muros prehispánicos. Fototeca de la DSA
La denuncia fue atendida por Luis Córdoba y posteriormente se comisionó a Eneida Baños para hacer la vigilancia de la obra. Fototeca de la DSA
El objetivo de la SEDUE fue hacer 75 pozos alrededor de la catedral, a una profundidad entre 9 y 35 metros, para recimentarla rellenando los huecos con concreto e impedir el acelerado proceso de hundimiento de la catedral. Fototeca de la DSA
Los pozos que se habían hecho sin la supervisión del INAH oscilaron entre 4 y 6 metros de profundidad desde el piso de superficie. Entre los materiales prehispánicos que se rescataron destaca la semilla de maíz quemado y fragmentos de obsidiana, sahumadore