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Proyecto Arqueológico "Bocana del Río Copalita"
2022-10-18

Raúl Noé Matadamas Díaz
Investigador del Centro INAH-Oaxaca,
Coordinador del Proyecto Arqueológico "Bocana del Río Copalita"

Citlali Barón Arriaga
Asistente de investigación del
Proyecto Arqueológico "Bocana del Río Copalita"


La investigación arqueológica en México es muy amplia debido a la gran diversidad de sitios arqueológicos prehispánicos e históricos con los que cuenta. Una de las áreas arqueológicas de gran interés, es la correspondiente a los grupos humanos que se asentaron a lo largo de las costas del Océano Pacífico; específicamente en la región de la Costa oaxaqueña. Este texto tiene como objetivo, dar a conocer algunos de los principales hallazgos arqueológicos que han tenido lugar gracias a las temporadas de investigación efectuadas en el sitio Bocana del Río Copalita. 

El sitio arqueológico se ubica estratégicamente a orillas del Río Copalita y su desembocadura hacia el Pacífico; rodeado de agua dulce y salada, y la abundante flora y fauna que caracteriza a la selva baja caducifolia, fue elegido por los pobladores prehispánicos para erigir su comunidad. Los vestigios más tempranos que se han encontrado en el sitio, son los ubicados en la parte alta, denominada Zona de Montaña baja, en este espacio se han excavado muros de cuartos que conformaban los conjuntos habitacionales, distribuidos en terrazas. Los materiales arqueológicos, datan del Preclásico tardío, como ejemplo una gran variedad de figurillas zoomorfas y antropomorfas, principalmente femeninas.

Los estudios realizados en el área habitacional, nos han dado información sobre la vida cotidiana de los copaliteños, a través de los restos materiales se pueden conocer algunas de las actividades que posiblemente fueron las principales para la subsistencia de éste pueblo. Se han encontrado diversos objetos como instrumentos de molienda, herramientas de trabajo, hachas, pulidores, cinceles; pesas de barro, concha trabajada, vasijas principalmente de uso doméstico, así como también una cantidad importante de malacates. Elementos que pueden asociarse con actividades como la pesca, agricultura, recolección y caza, además de trabajo artesanal de concha, textiles y alfarería.

De los hallazgos más recientes en el área habitacional, específicamente en el Conjunto 2 de la Terraza 1-A, se puede hacer mención de entierros humanos con ofrendas importantes, que orientan los estudios a la idea de que esta Terraza estuvo ocupada por una o varias familias de estatus importante, ya que los individuos presentaban asociados a ellos, material cerámico y lítico, figurillas, concha, ceniza, fogones y en algunos casos incluso pigmento rojo. El potencial de estudios antropológicos más detallados a estos individuos, que ya suman 105, es otro tema de gran interés, tratándose de una valiosa aportación a los datos de filiación y un acercamiento a la forma de vida mediante los restos óseos, como son enfermedades, alimentación, datación, sexo, edad, etc.

Por la parte arquitectónica, asombra la superposición de distintos muros en un espacio no tan amplio, es factible el estudio de las sucesiones ocupacionales que tienen presencia desde al menos el Preclásico Tardío y hasta el Posclásico. El lugar fue utilizado como unidad doméstica con actividades rituales y probablemente de trabajo, de una familia con recursos, aun surgen incógnitas, la gran cantidad de materiales arqueológicos así como el estudio de su arquitectura y el espacio geográfico y cultural, se muestran como la alternativa para seguir adentrándose en estos aspectos tan interesantes.

Por otra parte tenemos la Zona de Aluvión, donde se observa el asentamiento de los grupos de poder que gobernaron durante el auge de Copalita, se trata del área cívico-ceremonial, espacio donde se conjuntaron los distintos sistemas de pensamiento que rigieron en su momento la dirección de la población. Realzan este espacio tres edificios prehispánicos de características particulares, al inicio del recorrido se encuentra el Templo de la Serpiente, un basamento de dos cuerpos que sobresale por conservar en su primer cuerpo, restos del estuco que en el pasado cubrió los paramentos de las construcciones. Más allá de su importancia material de apreciación inmediata, el Templo de la Serpiente es una muestra del simbolismo que caracteriza a Copalita, su estrecha relación con el medio ambiente como parte de la construcción social. Se edificó sobre un terrero acuso, inundable, lo que indica que estuvo rodeado de agua, hecho que se puede observar en la actualidad durante las épocas de lluvias intensas.

Continuando con esta crónica, oculto tras la densa selva baja caducifolia, aparece el Juego de Pelota, otro de los edificios que conforman el área cívico-ceremonial. La presencia de este elemento arquitectónico en el sitio de Copalita es de gran relevancia, debido al valor simbólico que llegó a tener el Juego de Pelota en Mesoamérica; presentándose no sólo como una actividad deportiva sino también conteniendo una carga ritual, política y económica. Los diversos hallazgos en este espacio refuerzan la importancia que tuvo en su momento de apogeo, como son las piedras labradas que se asocian a esta estructura.

Para comprender mejor la presencia del paisaje cultural, entendido como la apropiación y modificación del paisaje natural por los grupos humanos, tenemos como mejor ejemplo el edificio de la Acrópolis. Esta estructura de dos cuerpos, está adosada a una elevación natural, sus paramentos respetan la topografía del cerro elegido, vemos muros con pendientes pronunciadas, y en pocos casos ligeras modificaciones, como buenos observadores de su entorno, construyeron soluciones a los fenómenos naturales que existían y que hoy día continuamos viviendo y registrando la afectación que producen sobre los edificios prehispánicos: lluvias intensas, inundaciones, sismos, periodos de sequías, etc.

La magnitud y magnificencia de la Acrópolis, le han merecido una atención dedicada a su exploración, gracias a varias temporadas de investigación se ha podido ir complementando la información que permita conocer más sobre la vida cotidiana y también sobre la complejidad ideológica plasmada en los simbolismos que resaltan en este y otros espacios, se trata de un "cerro sagrado", un medio de legitimación del poder en Copalita.  La cosmovisión referente al culto al agua está también muy presente, como primer indicador tenemos el cuerpo de agua ubicado al oriente del edificio, la elección del espacio hace pensar que fue elegido por estas características. No hay duda de la importancia que ocupó el paisaje en el sistema de creencias, ritos y vida cotidiana del Copalita prehispánico. En Mesoamérica se ha observado en distintos grados, la interacción de las poblaciones desde épocas remotas con la naturaleza, y el papel que desempeñó la montaña sagrada y los lagos fue primordial.

En este tenor, los recientes hallazgos en la Acrópolis continúan siendo una sorpresa para los investigadores que tenemos la oportunidad de intervenir dicho espacio. Durante las últimas excavaciones se han encontrado elementos arquitectónicos muy variados; una particularidad de Copalita la denota la diversidad en cuanto a su arquitectura y tipos cerámicos. Esta amplitud de elementos propios y ajenos nos lleva a dimensionar la fuerte interacción que éste sitio tuvo con otros sitios muy remotos, son ejemplos materiales de la interrelación multiétnica que existió.

En ambos espacios, Sur y Norte de la Acrópolis, tenemos el elemento arquitectónico de la rampa, que también se observa en la plataforma localizada en el Área Habitacional de Copalita y en el denominado faro mirador o piedra vigía, que se encuentran en la zona de montaña baja de la zona arqueológica. Esta presencia, ya recurrente, merece una atención especial en las presentes y futuras investigaciones, considerando el reciente hallazgo encontrado en buen estado de conservación, al cual se asocia un depósito ritual ofrendado al desplante de la rampa Norte. Los elementos depositados consisten en al menos 36 vasijas semicompletas de diversas pastas y formas, predominando cajetes cónicos trípodes, de soportes tipo espátula en pasta gris y con decoraciones geométricas sencillas en pintura roja, otros elementos encontrados fueron figurillas completas, las cuales son ejemplares únicos ya que en su mayoría se localizan fragmentadas en los demás contextos; también se hallaron huesos de animal (venado y jabalí probablemente), así como una punta de obsidiana, etc.

Los elementos mencionados están dotados de una fuerte carga simbólica, volvemos al tema de la interacción del hombre con su entorno, la apropiación del ecosistema y la complejidad de los sistemas ideológicos que giran en torno a estos y otros conceptos. Los desniveles tan marcados entre un hallazgo y otro nos plantean retos para la conservación de los elementos arquitectónicos, buscamos alternativas que nos permitan frenar la erosión y afectaciones, pero a la vez nos hace pensar en cómo los habitantes originarios pudieron darle mantenimiento a sus edificios y enfrentar las agrestes condiciones climáticas; en la actualidad tratamos de evitar que se inunden las áreas, pero en el pasado ellos habitaron entre el agua, y eso es un indicador de la importancia de la misma como símbolo y del respeto hacia su medio ambiente.

La rampa como componente arquitectónico se ha visto en varios sitios, principalmente mayas, hacía el sureste del país. Algunos de los ejemplos se encuentran en El Salvador, Guatemala y en Chiapas. Con estas áreas se relacionan también las estructuras de planta circular, lo que llama la atención tras el reciente hallazgo de un elemento con esa forma relacionado al espacio Sur del primer cuerpo de la Acrópolis. Por asociaciones cronológicas con base en la cerámica se piensa que este espacio funcionó durante el Clásico, los elementos circulares en esta época están ligados a espacios de almacenamiento y otras múltiples funciones, a diferencia de otros momentos como durante el Posclásico, cuando funcionaron principalmente como altares dedicados a Ehecátl.

Para continuar maravillándose con Copalita, encontramos que las excavaciones realizadas en el vestíbulo superior de la Acrópolis han arrojado interesantes datos en diversos aspectos que conciernen al estudio arqueológico en general, y particularmente a la difusión y conocimiento local de los actuales pobladores de la región. En este espacio se han podido observar distintas áreas de actividad, como son áreas de actividades domésticas, otras de tipo funerarias representadas por entierros individuales y colectivos, así como dos tumbas, espacios abiertos y otros restringidos, patios, drenajes mediante canales muy bien planeados. El lado oriente de este vestíbulo está caracterizado por una relación con la laguna que se encuentra en esta dirección, se observan espacios abiertos hacia el cuerpo de agua pero que denotan restricción y privacidad en cuanto a su acceso; por otra parte el área norte muestra una importancia regida de inicio por el hallazgo de la Tumba 1 y los entierros colectivos con ofrendas y fogones que se ubicaron allí.

Las temporadas de investigación en el sitio arqueológico Bocana del Río Copalita han sido bien aprovechadas de manera que se cumplan objetivos de estudio integrales, a la par de excavaciones arqueológicas, se trabaja en la clasificación de materiales arqueológicos encontrados en las mismas, los cuales son tan variados y abundantes como los datos que hemos intentado acotar en estas líneas, el material más abundante es el cerámico, seguido por la lítica pulida y tallada, concha principalmente asociada al consumo, y otros materiales menos frecuentes. Se busca en este proyecto destinar esfuerzos a la conservación de los edificios, con acciones que garanticen la salvaguarda de los monumentos arqueológicos expuestos a la visita pública; también se trabaja en actividades de difusión a nivel regional y actividades varias que competen a la labor arqueológica.

La continuidad del proyecto busca atar cabos sueltos de investigación arqueológica, pero también representa el compromiso de protección y difusión del patrimonio cultural y natural ya que un complemento del proyecto es comprender también al bioma y la sociedad, la apropiación de la información arqueológica por parte de las comunidades locales para que tomen en cuenta sus orígenes, y como una consecuencia adicional del proyecto es la pequeña fuente de empleo para los habitantes de la región que muestran interés por participar de este trabajo.