Luis Córdoba Barradas
DSA-INAH
Felipe Muñoz Díaz
(Huehuetlatolli. La antigua palabra.
Difusión y divulgación cultural, S. C.)
El pasado día 22 de diciembre de 2015 fueron localizados los restos de un mamut en la calle La Saucera, barrio de San Antonio Xahuento, municipio de Tultepec, Estado de México. En dicho lugar, la anterior administración municipal se encontraba realizando obras de introducción de una red de drenaje, por lo que la máquina retroexcavadora sacó a la superficie algunos fragmentos de hueso. Dicho hallazgo fue comunicado, tanto por los trabajadores, como también por algunos vecinos, a la autoridad local y a la historiadora Juana Antonieta Zúñiga Urbán, cronista de dicho municipio.
El día 23 de diciembre se realizó una primera visita, y se corroboró que efectivamente se trataba de unos huesos de mamut. Debido a que el hallazgo se realizó en los últimos días de diciembre, y se acercaban varias fechas festivas, se recomendó cubrir los restos, para protegerlos y evitar el posible saqueo de los mismos. Una vez que hubo cambio de administración municipal en enero del presente año, se firmó un convenio de colaboración, entre la nueva autoridad y el INAH, a través de la Dirección de Salvamento Arqueológico.
Desde el inicio la nueva administración, encabezada por el presidente municipal Ingeniero Armando Portugués Fuentes, dio todo el apoyo logístico para realizar la excavación y recuperar la osamenta del mamut: trabajadores con herramienta, cercado de la excavación, lona para proteger de la lluvia y el sol, vigilancia policiaca nocturna, etc. Dado que la excavación se realizó en una calle de terracería bastante transitada, desde el inicio acudieron muchos vecinos interesados para observar los restos, y a medida que transcurrían los días, llegaron grupos escolares de distintos grados, y medios de comunicación que cubrieron la nota.
En cuanto al hallazgo en sí, se trata de una osamenta de mamut, de un ejemplar que debió tener entre 20 y 25 años de edad, es decir, un adulto joven, lo cual se puede deducir, tanto por el tamaño de sus defensas (1.60 mts. de largo), como por el estado no completado de la osificación de muchas de las epífisis de los huesos, así como por el estado de muda en los molares.
Otra característica que se observa en el mamut son dos fracturas que sufrió en vida: una en la parte baja de la rama mandibular derecha, y la otra en el extremo derecho de la pelvis. Ambas se observan en proceso de regeneración, y quizás las sufrió en alguna de las peleas que suelen tener los machos que conforman las manadas de distintas especies de animales.
La zona de Tultepec, a finales del Pleistoceno, estaba ocupada por la orilla suroccidental del antiguo lago de Xaltocan, el cual llegaba hasta el pie del cerro de Tultepec. Éste se conforma por una elevación de unos 70 metros de altura, y una extensión de unos tres kilómetros de diámetro. La parte en la que se juntaban el lago y el cerro debió ser muy propicia para la habitación de numerosas especies de animales, pues allí podía desarrollarse vegetación, tanto de la ladera, como del lago. Esto se ve confirmado por los numerosos reportes sobre el hallazgo de restos de mamut en la zona de Xahuento, pues por la información proporcionada por los vecinos se pudo saber que en al menos quince ocasiones se han localizado restos de mamut, solo que esta es la primera vez en que se realiza una excavación controlada.
La exploración del mamut se realizó entre el 25 de abril y doce de junio de 2016, y en ella se recuperaron cerca de 200 huesos, que equivalen aproximadamente a un 85% de la osamenta. En la estratigrafía se identificaron quince capas naturales, de las cuales tres ya han sido fechadas en otras exploraciones: la capa denominada VI se conoce como "caliche barrilaco", y se encuentra muy endurecida por una sequía ocurrida hace aproximadamente 6,000 años. Otra capa es la VII, conocida como "pómez tripartita", y que corresponde a una erupción volcánica de hace unos 12,900 años. Finalmente la capa XI es la llamada "pómez con andesita", y que también es una erupción volcánica de hace unos 14,700 años. La posición de la osamenta del mamut, con respecto a esas capas, hace pensar que dicho animal vivió hace unos 14,000 años.
Durante la exploración se tuvo la valiosa colaboración de los arqueólogos Javier Martínez, y Cuauhtémoc Domínguez, quienes realizaron el levantamiento de fotogrametría, con lo cual se obtuvieron representaciones por ortofoto, fotografías con sombreados, curvas de nivel cada dos centímetros e imagen en tercer dimensión. De esta forma se puede conservar un registro detallado de la forma como se localizó la osamenta del mamut. Por otra parte, se tomaron fotografías y video con un dron, a fin de tener registro del paisaje geográfico, y poder comprender cómo era la zona de contacto entre la planicie lacustre y la base del cerro Tultepec, zona que debió ser propicia para la habitación, tanto de los pequeños grupos humanos, como para distintas especies de animales.
En la zona norte de la Cuenca de México se han realizado varias exploraciones de osamentas de mamut, en sitios como Coacalco, Ecatepec, Nextlapan y Tultitlán, y en todas ellas se observa que dichos mamuts murieron atascados en el lodo de los lagos, pues al ser animales muy pesados, esto les impedía el poder salir de esas trampas naturales. Esa condición era aprovechada por los pequeños grupos humanos que habitaban en la zona, no salían a cazar mamuts, sino esperaban a que murieran en los pantanos o estuvieran moribundos y sin poder moverse, para destazarlos y aprovechar su carne. En algunos casos, como son Santa Isabel Iztapan y Totolcingo, incluso se han localizado herramientas de piedra entre los huesos de mamut.
Un aspecto por demás interesante fue la posición como se localizó el esqueleto: éste aparece, en apariencia, totalmente revuelto. Al analizar la posición de cada hueso con respecto a los demás, se puede inferir que el mamut fue parcialmente destazado por los habitantes primitivos de esa zona. Por otra parte, se localizaron unos cuantos fragmentos de hueso de mamut que no corresponden al esqueleto, sino a algún otro mamut. Esos huesos "extras" presentan ciertos desgastes, que podrían estar indicando que fueron utilizados como herramientas durante el trabajo de destazamiento.
Asimismo, en ambas escápulas se observan ciertas marcas hechas con alguna herramienta filosa, tal vez de basalto, y también una especie de raspado en la superficie interna. Esas marcas también pueden estar señalando que los cazadores-recolectores aprovecharon la carne y vísceras de dicho mamut como alimento.
Observando las condiciones en que se han localizado varias de las osamentas, se puede pensar que los habitantes de aquellos tiempos tenían un exacto conocimiento de la anatomía del mamut, pues convivieron con ellos durante miles de años. Debieron saber en dónde cortar y qué órganos podían aprovechar. Hasta los huesos, tendones y piel pudieron haber tenido un uso muy específico, o quizás varios a la vez. Posiblemente al principio las herramientas eran de hueso, pues era más práctico encontrar huesos en cualquier lugar, que podían ser utilizados, y no tener que caminar varios días hasta un yacimiento para acceder a una piedra apropiada para fabricar la herramienta.
Finalmente, el mamut de Tultepec nos proporciona valiosa información que nos está hablando de la lucha diaria por conseguir alimento, que debían librar los antiguos mexicanos de hace 14,000 años.
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® Colección Kerr. No. K532