Leslie M. Cruz García
Universidad Autónoma de Zacatecas
David Andrade Olvera
Zona Arqueológica de Monte Albán
Introducción
Monte Albán como sitio arqueológico dentro de los valles centrales de Oaxaca, se localiza en una importante posición estratégica siendo una de las primeras organizaciones estatales de Mesoamérica. Durante 1300 años se mantuvo como la capital de la sociedad Zapoteca desde su fundación hasta su declive como sitio rector en el valle (Blanton, et. al. 1999, 48; Marcus 2008, 32-102).
Gracias a la relevancia de Monte Albán, fue declarado como Patrimonio Mundial el 11 de diciembre de 1987 por la UNESCO y en diciembre, pero de 1993, como Área de Monumentos Arqueológicos por Decreto presidencial, teniendo así el objetivo social de investigar, conservar, proteger y difundir el patrimonio cultural de Monte Albán.
De tal forma, el polígono de protección se ha convertido en un espacio de trabajo para el quehacer de investigación y ciencia, donde se ha prestado una atención permanente a la preservación de los vestigios mediante múltiples actividades que incluyen recorridos de supervisión, inspecciones arqueológicas, y ejecución de rescates o salvamentos, que se localizan tanto al interior como en colindancia del área decretada como Zona de Monumentos Arqueológicos. Derivado de esta protección, en 2020 se realizó un salvamento al pie de Monte Albán, en Santa Cruz Xoxocotlán, población que se ubica al interior del polígono de protección. Durante la temporada de campo fue hallado un entierro de la fase Monte Albán V que se analizó mediante el uso del espacio y patrón funerario.
Descripción del entierro
De los descubrimientos en este proyecto, el entierro 2 individuo 3 se encontró dentro de la Calle Ricardo Flores Magón, el cual se identificó entre los muros de un cuarto correspondientes a una unidad habitacional, a partir de los elementos que se encontraban sobre él, se pudo saber que ésta fue una intrusión en la vivienda, ya que estos componentes arquitectónicos fueron colocados para continuar la modificación original del muro, el cual pertenecía a una época más temprana y el espacio fue reutilizado para realizar el contexto funerario en el Posclásico.
Se trata de un entierro directo de tipo primario, depositado en posición decúbito dorsal extendido orientado al este; el esqueleto corresponde a un individuo masculino, de acuerdo con la evaluación de la morfología pélvica, su edad a la muerte fue estimada alrededor de 25- 30 años, y el estado de conservación observado en los huesos largos fue muy bueno a pesar de las condiciones en las que se encontraba depositado.
Como parte de la ofrenda se encontró una olla globular de barro café de la fase MA V (1250 - 1521 d.C.) (Caso, Bernal y Acosta 1965, 585-589) ubicada sobre los pies del individuo, por la cual se pudo establecer la temporalidad de este contexto; se descubrieron también dos ollas miniaturas de pasta gris encontradas a un costado del cráneo (parietal derecho), depositadas sobre un cajete cónico elaborado en pasta café rojiza también de la fase MA V, así como una navajilla prismática de obsidiana verde, la cual se depositó debajo del fémur derecho anatómico del individuo.
Uno de los elementos más importantes de la ofrenda corresponde a un fémur derecho no perteneciente al individuo 3, colocado con la cara posterior sobre el húmero izquierdo. Gracias al correcto registro estratigráfico, es posible afirmar que el fémur fue depositado en el mismo tiempo de la inhumación, ya que no mostraba ninguna evidencia de alteración que indicara una exhumación posterior para la colocación de este hueso como elemento simbólico.
Los huesos han tenido un papel importante en la cosmovisión mesoamericana y zapoteca, mostrando la dualidad de muerte y vida; el depósito intencional de esta ofrenda ósea se logró determinar por el tratamiento que caracterizaba a este elemento; dicho procedimiento consistió en el corte lineal intencional desprendiendo así el cóndilo femoral, evidenciado en las marcas de cortes y la superficie ligeramente pulida. Tal pareciera que pudo haber sido utilizado a manera de cetro, como se observa en un friso encontrado en Lambityeco (Lind y Urcid 2010, 159).
Con esto se pudo establecer que el posible estatus del individuo era importante y quizás no solo dentro de la unidad doméstica donde habitaba sino también en su entorno vecindario donde le están dando un valor simbólico e ideológico a este hueso, honrando la forma y esencia tanto del individuo como del elemento ofrendado con la importancia como de algún posible linaje ancestral de primera línea, ya sea maternal o paternal (Whitecotton 1977, 155; Urcid 2005, 44). En ese sentido, la razón principal para definir el fémur como ofrenda es con base en la cantidad y variedad de los demás objetos asociados con el entierro, significando una mayor inversión de energía en su elaboración y colocación, mostrando una notable relación social y económica del linaje al cual pertenece.
Acotaciones finales
En Mesoamérica, el uso del fémur dentro de contextos funerarios es habitual, se tienen muestras del uso de este elemento óseo en distintos contextos y con diferentes funcionalidades. Tal es el caso de los mexicas, donde tanto fémures como cráneos se conservaron como objetos sagrados (López Luján y Guilhem 2010, 457). Para el área septentrional de Mesoamérica, en la Zona Arqueológica de Alta Vista, se encontraron restos humanos, entre ellos fémures, los cuales eran suspendidos y otros amarrados a armazones de madera (Gómez, Vázquez y Macías 2007, 434); esos siendo dos casos específicos, los cuales no engloban la infinidad de ejemplos que se pueden encontrar para las demás áreas En el caso de Oaxaca, tanto para los valles centrales como para las demás regiones, se tiene al menos un dato que nos refleja la relevancia de incorporar este elemento como objeto o símbolo durante el Periodo Clásico. Caso en 1932, encuentra en la Tumba 7 nueve individuos donde los fémures estaban sobrerrepresentados, de los cuales tres no pertenecían a los individuos y tenían un tratamiento distinto, estaban pintados de rojo y tenían marcas de corte, por lo que asemejaban posibles idiófonos de ludimiento (Urcid 2010, 240). En Lambityeco, en la Tumba 6 se encuentran solo tres fémures de los seis individuos depositados (Lind y Urcid 2010, 176); esta ausencia, al igual que el depósito de huesos, es intencional. Esta tumba contaba con un friso donde se tenían dos figuras masculinas que portaban fémures (Rabin 1970, 159). Además, podemos encontrar otro caso en la fortaleza de Mitla, donde Feinman, Nicholas y Baker (2010, 1094-1096) registran un entierro con ausencia de su fémur derecho, los investigadores señalan que éste fue removido posteriormente al registrar la perturbación hecha en el contexto.
En conclusión, con estos antecedentes se ha comprobado que, para el valle de Oaxaca el uso de este elemento óseo se convierte en algo simbólico más allá de lo utilitario. Esta actividad se volvió más constante para el periodo Clásico Tardío y con este caso de estudio se pudo saber que esta actividad sigue siendo de las pocas para el Posclásico Tardío en los asentamientos ubicados al pie de Monte Albán. Se podría inquirir en realizar estudios de ADN para saber si se encuentra algún parentesco familiar entre estos dos elementos óseos o no, y así poder llegar a otro camino distinto de interpretación de la razón y objeto de estas ofrendas simbólicas.
Bibliografía
Blanton, R., Feinman, G., Kowaleski, S., and Nicholas L. 1999. Ancient Oaxaca. The Monte Albán State. Cambridge: Cambridge University Press.
Caso, A., Bernal, I., y Acosta, J. 1965. La cerámica de Monte Albán en Memorias del Instituto Nacional de Antropología e Historia. México: Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Feinman, G., Nicholas, L., and Baker, L. 2010. The missing femur at the Mitla Fortress and its implications.
Gómez Ortiz, A., Vázquez de Santiago, A. y Macías Quintero, J. 2007. Evidencias de Prácticas Rituales en La Quemada, zacatecas: análisis de un osario.
López Luján, Leonardo y Olivier, Guilhem, 2010. El sacrificio humano en la tradición religiosa mesoamericana: El simbolismo sacrificial de los Mimixcoa: cacería, guerra, sacrificio e identidad entre los mexicas.
Lind, Michael and Javier, Urcid. 2010. The Lords of the Lambityeco. Political evolution in the Valley of Oaxaca during the Xoo phase. University Press Colorado.
Marcus, Joyce. 2008. Monte Albán. México D.F: Fondo de Cultura Económica.
Rabin, Emily. 1970. The Lambityeco friezes: notes on their contents, with an appendix on C14 dates. (Boletín de Estudios Oaxaqueños 33). Oaxaca: Museo Frissell de Arte Zapoteco.
Urcid, Javier. 2005. Zapotec Writing: Knowledge, Power, and Memory in Ancient Oaxaca. Brandeis University: Department of anthropology.
Urcid, Javier. 2010. El sacrificio humano en el suroeste de Mesoamérica. En El sacrificio humano en la tradición religiosa mesoamericana,
México, D.F: Instituto Nacional de Antropología e Historia y Universidad Nacional Autónoma de México.
Whitecotton, Joseph. 1977. The Zapotecs: Princes, Priests, and Peasants. Norman: University of Oklahoma Press.
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