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El molino de Valdez, un molino de trigo en Tacubaya
2022-10-18
María de Lourdes López Camacho
Museo Nacional de Historia (Castillo de Chapultepec)


Este trabajo es el resultado del rescate arqueológico "Molino de Valdez, Estanque las fabriquitas"[1] que se realizó entre los meses de febrero a agosto de 2014, en el lote s/n de la calle Sostenes Rocha, colonia Cove, alcaldía Álvaro Obregón, ubicado junto al Tanque La fabriquita del Sistema de Aguas de la Ciudad de México. Lugar en que el Instituto Nacional de Antropología e Historia, a través de la Dirección de Salvamento Arqueológico, la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos [2] y del Museo Nacional de Historia intervinieron, dado que se trataba de un área con potencial de vestigios arqueológicos e históricos en donde se sabía que había restos del acueducto que conducía agua del Desierto de los Leones a Tacubaya.

La investigación nos llevó, no sólo a localizar parte del trazo de un canal proveniente del Desierto de los Leones; también se detectó parte de la estructura de un molino de trigo; hoy ya registrada como monumento histórico [3]. Este canal seguía trayendo agua en el año 2015, sólo que la deposita en el tanque del sistema de aguas La fabriquita; buena parte del caño está bajo la banqueta de la calle que lleva precisamente el nombre de Acueducto de los Leones, dicho caño tiene su origen en un ramal del molino de Belem.

Regresando a la zona de estudio, el predio se encontró como un lote baldío (figura 1) con un área aproximada de 380 m², donde apenas sí se asomaba una estructura de piedra bola, por lo que se procedió a retirar la basura y algún escombro suelto.

Para llevar a cabo la excavación, fue necesario tender una retícula orientada de Este-Oeste; esta se dividió en 18 calas de 2 x 10 m, mismas que a su vez se fraccionaron en cuadros de 2 x 2 m asignándoles letras A, B, C, D y E.

En el proceso de excavación se detectó el uso del terreno como tiradero, área verde con andadores, vivienda y después de la limpieza se distinguió claramente los dos pozos con su brocal de ladrillo, pertenecientes a un molino, esta última utilización del terreno dio pie a este trabajo.

Como es de suponer, existieron diferentes rellenos y se localizaron algunas capas de control, como aquellas que estaban bajo pisos o dentro de los cárcamos. En esos últimos es donde se localizó el material colonial del siglo XVI. No obstante, hay que mencionar que entre el desplante de la estructura del molino y la capa de tepetate se localizó material prehispánico, mismo que será abordado en un futuro trabajo; en esta ocasión sólo diremos que pertenece al periodo del Posclásico.

La edificación del Molino de Valdez (fig. 2) se anunció el 29 de agosto de 1542, en las actas de cabildo (O´Gorman, 1970: 187). En partes más altas al molino de Santo Domingo se construyeron otros molinos; el de Valdez como dice la nota se fundó en 1542; el de Nuestra Señora de Belén y Buena Vista ubicados en la parte alta de la Villa de Tacubaya en el paraje denominado de Coscacuaco, para el año de 1735 (Lafragua, 1987: 116).

En dicho molino, las áreas que mejor se conservaron fueron los pozos con su brocal (figura 3), la sala del molinero en donde se detectaron dos pisos de tabique rojo acomodado en forma de tepetatillo, asimismo se encontraron las tinas para lavar trigo; todo lo anterior se encuentra sobre el cárcamo uno y parte del dos. También los cárcamos se conservaron bien, aunque se presentaron azolvados, razón por la cual se optó por excavar alrededor de la estructura, y ya liberado el espacio, intervenir el interior de los cárcamos; de estos espacios se obtuvo una gran cantidad de materiales, al igual que el área de la salida o del rompeolas.

En los costados se aprecian respiraderos provenientes de los cárcamos, así como al norte y oriente del cuarto posibles canales de derrame para reincorporación del agua al depósito posterior a las bóvedas. En el levantamiento que se realizó de este inmueble podemos ubicar: 1.- El acueducto del Desierto de los Leones, 2.- Los pozos, con brocal de ladrillo de barro rojo recocido, 3.- La sala del molinero, 4.- Piletas para lavar el trigo, 5.- El rompe olas, 6.- Salida de cárcamos, 7.- alberca o contenedor, 8.- Escaleras hacia alberca o contenedor, 9.- Poste de luz, 10.- Murete de piedra braza (figura 4).

Comentarios 

La investigación del molino del Valdez, trajo de nuevo a la luz un monumento, que en un primer momento no se pensó que aún existiera. A partir de la excavación se descubrió y se realizaron los trámites para su registró ante la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos. Lo que una vez más evidencio la importancia de la intervención del Instituto Nacional de Antropología (INAH) en la salvaguarda de nuestro patrimonio histórico y arqueológico.

Asimismo, se obtuvieron datos sobre la supervivencia de un caño de agua de origen colonial que baja del molino de Belem, y que aún en el año de 2015 aportaba agua al tanque del sistema de aguas Tanque La fabriquita. Lo anterior nos recuerda la importancia de los bosques de la sierra de Las Cruces que aún en el siglo XXI siguen dotando de agua a esta ciudad.

Notas: 

[1] Informe final aprobado en enero de 2017, por el Consejo de Arqueología. En el análisis de materiales conté con el apoyo de la pasante en arqueología Areli Esperanza Torres Ríos.
[2] se contó con la asesoría de la arquitecta Marisela Velázquez Monroy adscrita a la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos.
[3] Ficha del Catálogo de Monumento Histórico Inmueble, delegación Álvaro Obregón, número de clave: 090012160001.

Referencias bibliográficas: 

LAFRAGUA, José María, y Manuel Orozco y Berra, 1987. La ciudad de México, Sepan Cuantos, número 520, Editorial Porrúa, México.

O´Gorman, Edmundo Guía de las actas de Cabildo de la Ciudad de México, XVI, Fondo de Cultura Económica, México, 1970.

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